MARILES. EL 2 DE OCTUBRE Y EL BETUN.

Sr. Lic. Felipe Calderon Hinojosa

Sr. Presidente: Le mando un cuento de mi libro YO....PURO
CUENTO 2 que es un trozo de historia de México que pocos
saben. Contado personalmente por el Gral Mariles, antes de que fuera "suicidado" en Paris. Millones de mexicanos tenemos fé que Ud. podrá romper el circulo vicioso, en donde estamos metidos entre la impunidad y la corrupción. La inseguridad y la delincuencia desaparecerían paulatinamente y así veriamos el nuevo amanecer del Mexico que Ud. ha vislumbrado desde hace mucho tiempo.
Saludos Afectuosos

Eddie Villa Real, Coordinador de la
CRUZADA POR EL TURISMO FELIZ
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                      EL 2 DE OCTUBRE Y BETO EL BETUN

La palabra de moda es la impunidad y se piensa que es de ahora. Algunos  jueces y sus secretarios de juzgado han sido y siguen siendo los culpables de todo o cuando menos de una parte muy importante de lo que esta ocurriendo en México, porque a ellos no les interesa mas que dos cosas: El dinero que puede recabar el Secretario haciendo cuentas con los abogados defensores y cumplir con sus jefes en lo que se les ordene para que pasado el tiempo ellos puedan ocupar sus puestos y escalar a alturas hasta la cumbre.

Maríles tenia ya varios años en Lecumberri como líder, asesor y consejero de todos los presos del antiquísimo lugar.  Había llegado aquí por una traición que le organizó Ruiz Cortínez. Le había asegurado que si se entregaba, iba a salir muy rápido, pues había sido víctima de una conjura para culparlo del asesinato en pleno Reforma de un albañi. La realidad era otra. Al presidente no se le mienta la madre. El Srio. De la Defensa  Matias Ramos se lo había asegurado. “Mira Humberto , si el  mero mero ordenó que sacaran tus caballos a la calle, pues aguantate.

-. Ah si?,  pues dile a ese  viejo,  que era un ACHICHINCLE de los Avila Camacho que ...... a su madre. Ni tardo ni perezoso Ramos fue con el chisme. Pues fijese Sr. Presidente que dice el Gral Mariles que vaya Ud a amolar a su progenitora jarocha.

Así empezó, aunque sin saberlo,  el final  trágico de Beto el Betún, el bolero de la prision de Lecumberri que llevaba 35 años sufriendo por un delito que ni el mismo ya se acordaba.. -. Y tu porque estas aquí? Pregunta clásica de cualquier  preso como Mariles, a cualquier otro compañero de desgracia como al bolero que todos  estimaban.

-. Pos ya ni sé. Solo recuerdo que tenia como 16 o 17 años y en un pleito de la vecindad, apareció un muchacho muerto y todos dijeron que yo había sido el que lo golpeó. Como había bebido harto pulque pues se me borraba la memoria o a lo mejor era por los alipuses de mezcal que me echaba entre babas y babas. No me acuerdo de nada.

Eran épocas difíciles.  En la balacera de Tlaltelolco habían muerto miles, pero el gobierno nada más confesaba algunas veintenas de revoltosos que se atrevieron  a disparar sobre los pobres e inocentes soldados que casualmente patrullaban la zona, para sofocar alguna rebelión o desorden.  Cientos fueron a dar a Lecumberri cuyos nombres el Betún recordaba pues a todos les boleaba sus zapatos. Marcelino Perelló, con todo y su silla de montar con ruedas, lo habían ayudado a escapar gracias a su empujadora oficial la muy buenota  Rosa Luz Alegría, que con el tiempo se convirtió en la nuera de Echeverría y después la única Secretaria de Estado que se podía dar el lujo de salirle con excusas a López Portillo.

Díaz Ordaz ya no sabía donde meterse, se echó la culpa sabiendo perfectamente que era Echeverria el que había organizado todo y él era inocente  pues estaba muy ocupado
en la decoración de la casa en el Pedregal de su nenita preciosa.  Sin embargo se le ocurrió que Mariles podría ayudarlo con los muchachos en la cárcel y mandó a Jorge de
la Vega Domínguez, oriundo de Comitán (como  su Irmita) y a Andrés Caso a que fueran al Palacio Negro y que a través del general encarcelado  pudieran suavizar las relaciones y que los lideres allí guardados, pudieran desde sus celdas amainar las aguas calmando a los miles de jóvenes que todavía estaban alborotando en las prepas y las universidades.

“ Yo, si quieren, les informo  y   hablo con ellos pero no creo que sirva de mucho pues están  muy encabronados con el régimen y a mi me ven con recelo, pero se de alguien que los va a llevar conlos líderes, para que los reciban  con mucho gusto pues es el decano de todos los de aquí. Y este es el bolero que todos conocen como el Betún.

Y así fue  como  se forjó  la historia que nadie hasta ahora conoce. El Betún, héroe no incluido en las páginas de nuestros textos gratuitos,  habló con cada uno de los lideres del movimiento del 68 y los convenció de que recibieran no solo las palabras de Caso y De la Vega sino también los guardaditos que traían en sus gamarras. Y las aguas se calmaron. México volvió a ser el de siempre. Dormilón y Dejadote.

Al salir los funcionarios se despidieron de Mariles no sin antes pedirle  que si podía darle la mano al Betún para que estuviera mejor y que se revisara su caso y  le dieran celeridad y prontitud a su expediente para que pudiera salir cuando menos por fianza.

-. Oye Betún, le pregunto el general cuando le estaba rechinando  las botas con ese trapo que había sido testigo de mil historias. Y cual es el Juez que esta viendo tu expediente?. .

- Ay mi general, pues la verdad ya ni me acuerdo, la ultima
vez que me llamaron para declarar fue por allá de 1935 o sea como treinta años. Yo estaba rete jovencito y como no entendí, pues contesté puras pendejadas.

-. Ah cabrón, eso si esta muy curioso. Pero si me das tu nombre completo,  le digo a un amigo que cheque como esta tu caso. 
-. No pos no,  yo solo se que me llamaba Cutberto, y de alli mi apodo, pero de los apellidos creo que era Cedillo, Cerillo o a lo mejor Zedillo con Z y ni sabía que yo tenía uno segundo pues de mi madre ni el mas triste recuerdo.

Gran sorpresa se llevó, cuando habló con los celadores que Betún no estaba en las listas y al informarse en los juzgados penales pues nadie sabía de su expediente.  Se dió la orden de organizar una amplia búsqueda y nada. Los Jueces sencillamente no tenían gran interés pero gracias a la presión que estaba ejerciendo el famoso General Mariles, campeón olímpico de equitación en Londres 1948 y amigo de tres expresidentes, pues había que hacer algo. Se mandaron memorandas  a los magistrados, se hizo una requisa en el archivo general de la nación y se organizó un comité especial para averiguar la causa penal por la que había ingresado CUTBERTO CEDILLO “N” alias EL BETUN a Lecumberri. El asunto llego a la Suprema Corte y su oficioso Presidente, ordenó una investigación exhaustiva y poder detectar los muchos o quizás cientos de casos iguales.

-. No puede ser. Nosotros en el Poder Judicial jamás nos equivocamos. Somos como la Iglesia Católica que por decreto de hace miles de años se le  considera infalible. Esto es una burla y una muy seria mancha sobre nuestra inmaculada reputación.  Y mientras todos los Ministros, Magistrados, Jueces, Secretarios y secretarias llenaban miles de paginas con tinta pigmentada   de vergüenza, el Betún seguía meses y meses rechinando con su trapo desvencijado las botas y zapatos de los reclusos.

Al fin llego la orden. Que eficiencia de sistema. Si no existía expediente y nadie sabía por qué el Betun estaba en Lecumberri, se le debía de poner en libertad de inmediato.

Solo que existía  un pequeño problema, quien iba a ser el valiente que firmara la orden de liberación que  se acompañaba  con la frase: OTORGUESE LA LIBERTAD POR FALTA DE MERITOS Y POR SENTENCIA ABSOLUTORIA AL SR. _____.


Que nombre ponerle a la boleta? Eso era una arbitrariedad. Como es posible que saliera un preso de allí sin escribir su nombre en el espacio en blanco ?. Y además quien sería el juez o magistrado que se atreviera a estampar la firma en esa boleta si no había antecedente alguno?. Imposible, Eso podría ser el fin de la carrera de tantos años de un juez o magistrado en el caso de que algún día apareciera el viejo y amarillado legajo.

Al fin se pusieron de acuerdo y decidieron dejarlo salir sin papeles ni boleta alguna. Se dió la orden de que se le abriera la puerta y que caminara hacia el parque que estaba enfrente. Llevando solo su cajita de bolero y algunos trapos viejos. El Betún ni alcanzó  a despedirse,  salió con ansias de respirar el aire que le brindaba la libertad.

Ah LIBERTAD, pensaba al caminar por las calles desconocidas, cuantos crímenes y maldades se habrán realizado en tu nombre. Y así deambuló por calles y barrios hasta que obscureció. Encontró un hospedaje de mala muerte para pasar la noche y como ser inocente que era, pues le robaron todas sus pertenencias y su cajita de bolero, con el poco dinero que le quedaba,  había desaparecido. Anduvo vagando por calles y avenidas desconocidas y por mas que trató de recordar donde estaba su barrio para encontrar a algún familiar o amigo, no pudo recordarlo.

Una noche se oyeron fuertes golpes  en la enorme puerta principal de Lecumberri. Era el Betún que pedía a gritos que lo dejaran entrar pues no tenia donde dormir. Los celadores asombrados hablaron con sus jefes, los jefes con los secretarios, los secretarios con  los jueces con los magistrados, los magistrados con los ministros y éstos se reunieron con el Presidente de la Suprema Corte, esa noche para revisar nuevamente el caso de El Betun.   

-. Esto es insólito. No podemos admitir a nadie que no sea culpable o cuando menos que esté en proceso de convertirse
en eso. Así que no lo dejen entrar, pues esto está fuera de los preceptos legales establecidos por los códigos penales de nuestra constitución.

Al día siguiente le informaron al Gral Mariles que el Betún había amanecido muerto de frío en la acera afuera de la puerta del Palacio Negro. Lo irónico, le informaron,  es que estaba tapado con un reciente periódico cuyo encabezado con letras enormes anunciaba:
LA TRAGEDIA DE TLALTELOLCO MARCA UN PARTEAGUAS.  EN MEXICO LA INTACHABLE  EFICIENCIA DEL PODER  JUDICIAL ES UNA REALIDAD,  .   LA IMPUNIDAD Y LA CORRUPCION DE LOS MINISTROS, MAGISTRADOS Y JUECES ES UN MITO FANTASTICO QUE EXISTE EN LAS MENTES  FEBRILES DE LOS ENEMIGOS DE NUESTRA NACION QUE PUGNAN POR CAUSARLE DAÑO Y DESTRUIRLA.

Eddie Villa Real.