LEY DE EDDIE MURPHY
Eddie Villa Real
ECHEVERRIA DE LAS CASAS

 Mis escasos, (ávidos de información)  y asiduos lectores de EXPRESIONES,  de inmediato se preguntarán al leer este extraño titulo que nuevamente estoy divagando y de que mi mente inventa nombres extraños. Ellos saben que en México,  solo han existido dos famosos DE LAS CASAS. O sean el fraile Bartolomé, que cuando se dedicó en cuerpo y alma a catequizar a los tarascos  y demás tribus  malamente descritos como indígenas de la zona que después se denominaría como Michoacán, y que tuvo a bien enseñarles a cada uno de los pueblos una serie de artesanías para que pudieran dedicarse de lleno y vivir de ello, vendiéndose esos productos los unos a los otros. A los de Santa Clara, los enseñó a trabajar el cobre, a los de Tzinsunsan, el barro y fabricar con ello vajillas que ahora son famosas en el mundo entero, a los de Pátzcuaro, la madera laqueada  y decorada y así sucesivamente a cada uno de los poblados a tal grado que quinientos años después, siguen manteniéndose vivos milagrosamente, a pesar de los esfuerzos del PRI, PAN Y PRD para que se mueran todos a manos del narco o bien de hambre por las políticas agrarias, que convirtió a ese estado en el campeón exportador de braceros para los EEUUAA, abandonando las tierras fértiles que una vez le dieron de comer a millones y que ahora parecen páramos desérticos y abandonados de la mano de Dios.

El otro DE LAS CASAS, que mis lectores conocían, era el muy famoso Felipe de Jesús De Las Casas, primer santo mexicano que emigró a tierras extrañas, ordenándose de fraile catequizador y que se subió a  la Nao de China, que zarpaba de Acapulco para llevar al lejano oriente a los que se atrevían a correr esa suerte.  Tuvo los suficientes calzones, debajo de su sotana, de meterse a catequizar a Japón en la época de los señores feudales que se hicieron después famosos por la novela y película de uno de ellos: el SHOGUN, que era con todos sus samurais, un sanguinario lord de todos los habitantes de Saipan, hoy Japón, y que estaban  tan cerrados ya que  no permitían la entrada a extranjeros de visita  a comerciar, sin mencionar a que a todos los frailes que llegaban a predicar la fe cristiana, les cortaban la cabeza, cuando les iba bien o como le pasó al patrono del ahora Felipillo Santo  (así le decía su nana, al santo, no al presidente), que lo crucificaron vivo, boca abajo para que muriera lentamente, un 5 de Febrero a fines del siglo 16.  Mas que calzones, lo que ese gran primer santo mexicano llevaba bien puestos, (para hacer lo que según él, le había ordenado Dios), eran unos tumpiates bien puestos en grupo de dos, que ya los quisieran muchos paisanos de nuestros días para un día de fiesta y que nos ayudara a resolver los problemas por los que atravesamos. Estábamos en eso,  cuando  mis 4 lectores gritaron argumentando que después, no ha habido ningún otro DE LAS CASAS.  Y yo les contesto:  ¡claro que sí!.   “Ahora el más famoso de ellos es nuestro amigo y nunca bien ponderado expresidente DON LUIS ECHEVERRIA DE LAS CASAS.

En una ocasión, en un desayuno en su casa de Ixtapa, se quejaban las señoras presentes que las muchachas del servicio ya no son como las de antes. Ahora son unas alebrestadas e irrespetuosas y que ya no eran como sus abuelas las inditas que bajaban de la sierra para servir como criadas en las grandes haciendas de los ricachones de aquellos tiempos. “Eran una maravilla de obedientes, limpias, eficientes y nada tercas como las de ahora, gritaron todas las asistente”.  “Ay chulitas, les interrumpió Doña María Esther, ustedes se quejan del mal servicio en su casa, pues ahora imagínense como batallo yo con el servicio DE LAS 18 CASAS QUE TENEMOS.  Por más que les pagamos muchos  dólares a las del extranjero, siempre nos roban, las casa están bien cochinas y cuando vamos  de visita a ellas, (de vez en cuando )las mesas llenas de polvo, las cocinas con cochambre y no se diga las camas que se ve que las han estado usando cuando no estamos nosotros por allí. En Acapulco dos.  Ixtapa tres, dos en Cuernavaca, tres en Can Cun  y una enorme que siempre esta llena de gorrones en Houston, Los Angeles o Nueva York. Siempre abandonadas por las mugrosas negras, y el colmo en París, Madrid y Niza, el desorden absoluto. Y hasta en Australia, que tenemos una en Sydney y otra en Camberra. Pero como nunca vamos, parece que las están rentando y eso es lo de menos, pero el dinero siempre nos lo hacen tablas. Ah y se me olvidaba que en las de Guadalajara, Puerto Vallarta y Ajijic, están siempre llenas de gringos que nunca se de donde salieron,  eso sin contar la muy famosa de San Jerónimo y en Cuernavaca la enorme finca que le compramos a Doña Chole, viuda de Avila Camacho. Y la que tenemos dentro del hotel de nuestro compadre Rafael Jiménez de Aguas Pascual.   “Eso, chulitas, eso sí es un problema, así que no se quejen de que en sus casas del DF, en sus meras narices, las cosas ya no son como antes”.

Esa perorata de orden doméstico, se me gravó por años y nunca se me ocurrió escribir al respecto, pero como quiero que aparezca en mis memorias, la incluyo en este editorial ya que ahora se puso de moda el tema de ECHEVERRIA DE LAS CASAS ya que su abogado, muy molesto declaró a la prensa que las hijas de Don Luis, que habían tomado control de todos sus dineros y cuentas de banco, se habían negado pagarle los servicios profesionales que durante dos años le prestó al expreciso,  que estuvo defendiéndolo de los feroces ataques del “zorro” Fox, que se le ocurrió meterlo al bote por aquello del 2 de Octubre, unos treinta años después de atole acusándolo de haber sido el causante directo junto con Nassar Haro   Director  la  Federal de Seguridad de aquellos días. Como este famoso judicial se murió en Monterrey, pues nos les quedo otro remedio que cargarle el muertito a Echeverría y le pusieron como cárcel su casa de San Jerónimo donde se daba el lujo de jugar tenis todos los días,  nadar para mantenerse en forma y escribir sus memoria que le publicó mi propia editorial Edamex, de Octavio Colmenares,  expresidente del EXCELSIOR.

Su hija Maria Esther, que se había casado con un ingeniero Porras y Maria del Carmen, con un francés que le salió muy balín, tomaron el control de la enorme riqueza de Don Luis. Los demás hijos se quedaron nada más “milando”. Desde Luis Jr., (el de Rosa Luz) hasta el mas chico Benito), y todos los de en medio, (menos Rodolfo, que murió en forma muy  misteriosa), se quejaban amargamente con su papá de que no era justo que las ganonas eran sus hermanitas, pero para palabras necias, oídos sordos y la cosa ha continuado así por años desde que el control lo pasó a sus hijas Doña María Esther, quién murió de tristeza cuando no pudo sacar del bote de los EEUUAA a su consentido hermano Rubén Zuno, que lo metieron por buey al haberse regresado a Houston para ahorrarse la lana de una fianzota que le hicieron depositar por lo de Quiquis Camarena, el pseudo gringo de la DEA de por allá,  que fue atormentado en su casa de Jalisco.

Lo increíble de este asunto es que las hijas, cuando fueron entrevistadas por la prensa manifestaron que ya no tenían dinero y que su papá estaba en la miseria más absoluta y que se verían en la necesidad de vender algunas casas que, sin especificar cuales o de que lugares eran las 18 ya mencionadas. Solo declararon que iban a rematar la de Playa del Carmen con valor de 2 y medio millones de dólares. Realmente no se midieron al hacer este tipo de aseveración cuando todo mundo sabe en Cuernavaca que Don Luis es el rey de los fraccionamientos empezando por el de SUMIYA, que le compró con todo y su enorme residencia japonesa a la multimillonaria gringa Barbara Hutton que todos la apodaban como la “JOTON”, pero con acento en la primera “o” y  que se había traído un chorro de  millones de dólares al Banco Internacional de Plan de Ayala, para comprarle a los Sres. Mariscal, su fraccionamiento y fabrica de cemento que ahora luce nuevecita gracias a la inversión del patriota Don Luis, que instruyó a sus socios, (un notario naco de nombre Salgado y un vendedor de bienes, raíces, llamado Cortez, ahora multimillonarios, gracias a que son sus prestanombres:  “que las ganancias de todos estos negocios las deberían de invertir en México para hacer patria. Jajaja.

Hoy  tomo la pluma, o mas bien el teclado para que estas palabras queden plasmadas en mis memorias, que estoy seguro van a leer con poco interés   mis cuatro descendientes, que con toda seguridad van a afirmar  “que hueva leer lo de mi pariente, ya conocemos su historia y nos la sabemos de memoria”. Ahora es cuando recuerdo el muy sabio precepto de la LEY DE EDDIE MURPHY  que dice claramente:  CHISME QUE NO HAZ DE BEBER, DEJALO CORRER. SOLITO LLEGA A SU DESTINO 
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