LEY DE EDDIE MURPHY
INFLE SU PULMON GRATIS
Eddie Villa Real

Recuerdo que hace muchos años en las gasolineras y las vulcanizadoras para atraer clientes  ponían una cartulina con vista a la calle, (obviamente) que decía “SE INFLAN LLANTAS GRATIS”. Eso siempre me llamó mucho la atención y me dejo cavilando muy seriamente. ¿Cómo es posible que exista alguien que se atreva a ofrecer un producto que desde tiempos inmemoriales ha sido sin costo no solo  para nosotros los parásitos de este planeta, sino el causante de que gracias a él, podemos existir y sobrevivir por este bendito sistema que controla todos los procesos para que nuestras células, mediante el  de oxigenación del azúcar o glucosa con que nos alimentamos, puedan echar a caminar a los tejidos que forman nuestros órganos y que nos mantienen vivos, moviéndonos y reproduciéndonos como conejos. Si nos ponemos un segundo a pensar de dónde venimos y  por qué estamos  acabando con este planeta azul, único, hasta la fecha, (con las características necesarias para sustentar la vida),  llegaríamos a la conclusión de que si existimos es por una verdadera casualidad del destino y que por esa misma razón, vamos a terminar extinguiendo nuestras especies dependientes del aire oxigenado,  a base de convertir nuestra atmosfera en algo con irrespirable porcentaje de los gases producto del calentamiento global que nos está sofocando y que nos va a terminar da ahogar, cuando menos en los literales, ya que va a derretir los cascos polares elevando el nivel de los mares como 40 o 50 metros en solo unos miles de años. Para  que mis 6 lectores puedan entender este complicado mecanismo que nos mantiene vivos, necesariamente me veo en la obligación de remontarme unos miles de millones de años, allá en los albores de nuestra madre tierra, que   luchaba por enfriarse, ya que originalmente era una bola de fuego espacial que viajaba sin rumbo fijo girando alrededor de su  sol originador de este sistema que llamamos solar y que forma un pequeñísimo punto en el firmamento de nuestra galaxia que viajando hacia la Constelación de Hércules, va a cumplir una cita estelar milenaria que nadie entiende el por qué ni  para qué. Pues bien la tierra originalmente, al enfriarse,  produjo,  después de la combustión de roca ígnea que formó los valles, cañadas y montañas, miles y millones de toneladas de gases producto de ella y que se conocen, entre otros,  como CO y CO2, o sea monóxido y bióxido de carbono, que con singular alegría cubrieron toda la superficie de la tierra y que al tener su propia masa, en lugar de quedarse estáticos y dejar que la esfera girara sobre su propio eje, decidieron acompañarla en su eterna rotación produciendo lo que posteriormente se bautizó como atmosfera terrestre .  ¡INAUDITO!, gritaron algunos  lectores, ¿Cómo es posible que antes, la tierra solo estuviera envuelta con los gases que ahora nos están envenenando y que van a causar nuestra extinción?  ¡Eso es una paradoja! Y  me escupieron en la cara sus imberbes e inexpertas opiniones producto de su neófita educación muy precarista que solo podemos culpar a lo brutos que son los maestros del sindicato de la maestra Gordillo, que cada vez se parece más a la mama del Chuky  y cuyo padre muy bien pudo haber sido el derrotado candidato del PRI en Guerrero, de nombre Manuel Añorve, que también tiene cara de muñeco pelón y maligno. Pues así fue y así es. O sea que como dijo el primer autentico astrónomo con telescopio de nombre Galileo Galilei: E PUR E MUOVE.  Que en cristiano quiere decir Y SIN EMBARGO SE MUEVE.  Es decir que la tierra se mueva no solo alrededor del sol sino también sobre su propio eje moviendo consigo a su propia atmosfera que en un principio era de puros gases venenosos para nosotros pero que para las plantas, nuestras queridas y nunca bien ponderadas criaturas vegetales, era la mera papa ya que vivían, crecían, se multiplicaban siguiendo las mismas leyes de la adaptación y supervivencia del más fuerte a base de respirar gases carbónicos y mediante el proceso de captación de la energía de nuestro sagrado sol,  haciendo uso de la  fotosíntesis, lograron crecer y vivir en el planeta usando los gases mencionados y expulsando oxigeno como deshecho.

Al mero principio de este editorial mencioné que somos los parásitos de la madre tierra y aunque mucha gente no lo entiende ni lo quiere creer,  somos unas sanguijuelas que vivimos de los demás y a las pruebas me remito.  Originalmente todo era vergel y el color de nuestra “eco” era de un verde esmeralda increíble. El reino vegetal crecía y se multiplicaba a través del misterioso poder de su  compuesto original, una molécula maravillosa  que tenía la capacidad celestial y única de poder rodearse de materiales necesarios adyacentes y REPRODUCIRSE A SI MISMA.  Era la muy  ahora famosa partícula con nombre rimbombante de ÁCIDO DIOXIRIBONUCLEICO  que  los gringos descubridores la bautizaron como DNA. Eso, mis queridos 6 ávidos lectores,  se bautizó como  VIDA.     Esto quiere decir, por si no han entendido ni gota, de lo que les estoy tratando de explicar,  que los originales personajes que existieron con la misma molécula de que estamos formados todos los miembros del reino animal al que pertenecemos (sí, y vaya que somos animales, y el que no me lo crea que le eche una miradita al desmadre de planeta que estamos organizando), Estos miembros de la real sociedad de plantas y vegetales, son los causantes de que nosotros existamos.  Al principio, como dice la biblia todo era caos y no porque allí estaban los políticos tratando de organizarnos a base de corruptelas y tranzas. NO, para nada, el caos consistía en que en un gran caldo de germinación, estaban flotando los millones de millones de seres vegetales vivos, verdes y coleando, que existían conviviendo unos con los otros, gozando del sol y su energía y que gracias a la adaptación de millones de años, pudieron organizar en su interior unas células que mediante el proceso de fotosíntesis, producían la clorofila que les daba el color verde y que les permitía subsistir, sin pena ni esfuerzo, gracias a los gases carbónicos que rodeaban la atmosfera.  Ellos tomaban esos gases como producto base y mediante una alquimia celestial la convertían en alimento necesario para subsistir y crecer de acuerdo a un plan preconcebido dentro de la programación genética que se almacenaba en el DNA  en forma de escalera torcida cuyos peldaños eran los componentes que  daban ordenes a cada especie que existía en esos tiempos. Y todo era felicidad en el planeta. Crecían y se multiplicaban de acuerdo a la ley del Dios  que organizó todo esto solo para divertirse pues estaba muy aburrido con tantos eones (miles de millones de años) en los cuales no pasaba nada. Absolutamente nada. 

Pero no podía faltar el prietito en el arroz y nosotros, ese miserable ser de obscuras intensiones, en unos pocos  millones de años nos convertimos en los parásitos del planeta y  estamos acabando con toda forma de vida, tanto animal como vegetal. La ciencia no se ha podido poner de acuerdo si fue el ¨Guazón Celestial” o bien un proceso casual ya sea por un chispazo de un rayo o bien por el impacto de un cometa o aerolito en la faz de la superficie terrestre. El caso es que una colonia de vegetales, decidieron por mutación de la especie, convertirse en fitoplancton  o sea mitad planta y mitad perteneciente al reino animal de donde somos todos nosotros pero que por no-adaptación  o por incapacidad, no poseían la información necesaria para llevar a cabo el proceso de fotosíntesis con que se pudieran alimentar y entonces ocurrió lo que hasta la fecha nos está destruyendo.  Para poder subsistir, crecer y multiplicarse, esos seres  encontraron la manera de sobrevivir a base de comerse a los plancton (vecinos inmediatos), usando su energía almacenada como alimento y reinvirtiendo el proceso de reducción en oxidación para aprovecharlos como energía ya digerida.  Y entonces se inició, lo que millones de años después, es la tragedia que estamos viviendo en carne propia.  Nos alimentamos de energía del sol almacenada en las plantas que devoramos y de paso también nos comemos con singular alegría a nuestros hermanos animales que a su vez almacenan en forma de carne esa energía que habían obtenido de los pastos y productos vegetales que ingerían como verduras y frutas. Y ese proceso pudo existir gracias a los miles de millones de toneladas de oxigeno que durante eones las plantas habían expulsado como deshecho. O sea para que nos entendamos muy claramente. SOMOS LOS PARASITOS DE LOS ORIGINALES Y UNICOS HABITANTES QUE PUEDEN PRODUCIR ALIMENTO A BASE DE ACUMULAR ENERGÍA DEL SOL Y RESPIRAMOS SU DESECHO: OXIGENO. Y de paso estamos acabando con toda clase de vida en este ahora azul y contaminado planeta. Originalmente todos estos procesos eran gratis. La comida abundaba por todos lados y era totalmente gratuita. Solo había que alzar la mano y tomar las frutas y verduras con gran contenido nutricional Eran un regalo de los dioses. Lo mismo el agua, pura y cristalina que bajaba de las montañas. Solo era necesario agacharse a beber o bien llenar unos cantaros para llevarla a las cuevas o chozas. El aire, ni se diga, rico en oxigeno producto de desecho del reino vegetal, flotaba incólume esperando ser respirado para oxigenar el proceso de nuestra vida animal.  Nuestras células ya acostumbradas a tomar el oxigeno respirable y mediante la sangre portadora, se mezclaba con la glucosa producto de la digestión de las plantas, azucares, o carnes con energía del sol acumulada y como subproducto expulsamos  a la atmosfera los gases carbónicos de desecho.  No hubiera pasado nada, pero se nos ocurre industrializarnos e inventar motores de combustión que nos están regresando al punto original. A la tierra le costó miles de millones de años convertir el CO2 en O2 gracias a los procesos mencionados y ahora en solo doscientos años de era moderna, estamos igual que  hace DOS CIENTOS MIL AÑOS

El ser humano puede vivir meses sin comer,  semanas sin beber agua, pero solo dos minutos sin respirar oxigeno y esto nos pone a pensar seriamente. Así como todos los alimentos  cuestan enormidades y que el agua embotellada ya es más cara que la leche, ( pues pura ya no hay), llegará el día que no podamos respirar y que tengamos que ir a lugares en donde vendan aire puro  y con un letrero al frente invite a todos a pasar:  AIRE PURO GRATIS. INFLE SUS PULMONES COLAPSADOS POR TANTA CONTAMINACIÓN. Las colas van a ser enormes pues el aire en otros lados va a costar más caro que la propia comida y el agua, pues es más indispensable. Y es ahora cuando recuerdo el sabio precepto de la LEY DE EDDIE MURPHY que dice: AIRE QUE NO HAZ DE PAGAR, DEJALO PASAR.
www.eddievillareal.info plebiscitosya.com  eddievillamx@yahoo.com.mX