EL CORAZON DE LA TIERRA
Eddie Villa Real

Desde hace milenios el ser humano ha tenido la sensación de que algo o alguien esta determinando con el ritmo con que se realizan todos los actos de los seres vivientes. Por alguna razón
no descubierta aun, los humanos tenemos la sensación de que el tiempo no es constante. Cuando éramos niños los meses se nos hacían eternos. Las vacaciones escolares que  eran de dos meses daban la impresión de no acabar nunca. Si nos decían que faltaban tres meses para navidad se nos hacia una eternidad y no se diga cuando nuestros padres  nos informaban que ya falta poco para que seamos grandes. Nunca les creíamos. En cambio  ahora de grandes  vemos que el tiempo  pasa vertiginosamente   y que en un abrir y cerrar de ojos  pasamos de semana santa a fiestas patrias y antes que nos demos cuenta  ya estamos en navidad y otro año nuevo .Muchos nos hemos preguntado el porque de esta diferencia y aunque no sabemos  la respuesta con seguridad siempre a nuestra mente ocurren pensamientos que van aparejados con la teoría de la relatividad de Einstein. Nadie la entiende pero todo el mundo la presiente y la vive en carne propia.

La mejor explicación para realmente captar esta teoría es el viejo cuento de la mano en una plancha caliente que un mínimo parece una hora  en comparación con la mano en una mujer caliente en donde una hora parece un minuto. Todo esta cambiando y eso lo sabemos desde hace milenios y por eso se decía que lo único constante es el cambio.
No ahora la preocupación no es la velocidad del cambio sino el cambio de velocidad.
Es decir la aceleración  de los acontecimientos. La preocupación  actual de los científicos  es la vertiginosa velocidad en que esta ocurriendo los cambios tanto atmosféricos, como ambientales y conceptuales. El calentamiento global que se planteo como gran problema en Estocolmo en 1972 y que nadie hizo caso, es ahora una realidad. El contenido de CO2 es alarmante y esta creando un caos potencial de grandes proporciones. Pocos saben que al principio de la formación de nuestra atmósfera el contenido de Bióxido de Carbono era altísimo y le tomo a la tierra millones de años  purificar de gas y bajarlo a niveles aceptables para la vida de los seres que respiramos oxigeno de nuevo. Estamos regresando al nivel que existía hace 650,000 años. La pregunta es que va a pasar aparte de lo que ya estamos  observando: Huracanes inconcebibles, sequías devastadoras cascos polares derretidos, niveles de mares inundando los puertos y ciudades localizadas a la orilla del mar, hambrunas, anarquía, guerras, muerte y desaparición de nuestra efímera civilización de solo 50,000 años. Es decir que con nuestra avanzada tecnología le estamos dando muerte a nuestra madre tierra con una estocada directa  a su corazón.

Un científico Alemán , de apellido Shuman estudió este fenómeno de los latidos del corazón de la tierra. Descubrió en 1952 que haciendo mediciones de campos  magnéticos  que emanan  desde el centro de nuestro planeta, estos tenían una frecuencia de 7 a 8 ciclos por segundo, para 1990 ya se han elevado a casi 14 o sea casi un aumento  del 100%. Y para 2008 la cifra es espeluznante  de todas  las formas de la vida. Curiosamente todos los vertebrados y también nuestro cerebro tiene la misma frecuencia. Es decir que los signos vitales de Gaia,  nuestra casa, están llegando a niveles alarmantes.

La percepción del tiempo cambia pues nuestro cerebro registra 16 horas en lugar de 24 al día y en un año 8 meses en lugar de 12. Nosotros conformamos una unidad con la tierra y estamos  envueltos en esta resonancia Schumann.
Nuestra  madre tierra esta buscando  formas para retornar al equilibrio original quizás con escenarios dramáticos o con catástrofes terribles que se esperan para el 2012 según las predicciones mayas.

Solo con imaginar lo que pasaría  si nuestro corazón latiera al doble en forma constante la muerte seria inevitable. Que acaso esta aceleración en los latidos del corazón de la tierra podrían ser la causa de que ahora todo nos parecemos rápido. Vivimos en el acelere, la zozobra, en la vicisitud, en la prisa constante y no sabemos  ni porque  ni para  que.

Así como ahora estamos convencidos de que tenían razón los científicos del club de Roma que pusieron la voz de alarma en 1972 sobre los problemas de la contaminación ambiental. No nos cansamos de dar voces de alarma en conferencias y entrevistas y nadie nos hizo caso. Ahora  con toda seguridad  nos va a tomar otros cuarenta  años  para que nos convezcamos de que  el DR. Suman nos  esta avisando de que un infarto esta a punto de ocurrir en el corazón de la tierra y que esto acarreará la desaparición de nuestra especie  tecnológica  y que tendremos que esperar al sexto sol que nos advierte la tradición popol vuh para que iniciemos nuevamente otra civilización que podrá ser tan destructiva como la actual, porque la realidad es que el ser humano no aprende.